“Otto Rahn creía que los cátaros, que guardaban el Santo Grial en su castillo de Montsegur, podrían descender de los druidas conversos al maniqueísmo. Los druidas de Bretaña fueron los precursores de la Iglesia Céltica Cristiana. Vio en la cultura de la fortaleza medieval catara muchas coincidencias con los druidas. Sus sacerdotes eran parecidos a los Perfectos Cátaros. La secreta sabiduría Catara fue preservada por los trovadores posteriores, los poetas errantes y los cantantes de las cortes medievales de Francia. Muchos trovadores, según Rahn, eran cátaros secretos. Su aparente deseo y sus canciones deseosas sólo raramente eran dedicadas a una mujer concreta, su simbolismo femenino se refería a la comunidad catara, la Sofía, la sabiduría de los gnósticos. Julius Evola explica en su Misterio del Grial: “Para hacer esa doctrina inaccesible al profano, se esconde dentro de un simbolismo erótico, similar al Grial donde es representado con un simbolismo heroico”.