La galardonada científica Leor Zmigrod, pionera en el campo de la neuropolítica, nos revela por qué algunas personas se radicalizan, cómo las ideologías radicales moldean nuestro cerebro y cómo podemos liberarnos del pensamiento dogmático.
 
En El cerebro ideológico, la neurocientífica Leor Zmigrod nos invita a explorar los mecanismos ocultos que dan forma a nuestras creencias políticas, sociales y religiosas. A partir de su innovadora investigación, nos muestra que nuestras ideas ni son pensamientos pasajeros ni son ajenos a nuestro cuerpo: las ideologías literalmente transforman nuestro cerebro, pues afectan nuestra arquitectura neuronal y moldean nuestra forma de ver el mundo.
 
Con un fascinante enfoque que combina neurociencia, psicología y filosofía, Zmigrod se sitúa en la vanguardia de un campo emergente, la neuropolítica, y nos revela por qué ciertos individuos son más propensos al pensamiento rígido y dogmático, y cómo podemos conocer nuestra apertura (o resistencia) al cambio a través de una simple tarea cognitiva. Pero nos ofrece también una vía para el crecimiento personal y colectivo: podemos aprender a detectar nuestros propios sesgos y empezar a resistir las normas irracionales para abrazar la ambigüedad como signo de libertad mental.
Este libro es un llamado urgente a cultivar una mente flexible, informada y resistente frente a las ideas que buscan imponerse sin matices. Una lectura esencial para entender el auge de la polarización y del extremismo en nuestra sociedad.
 
Motivos para leer El cerebro ideológico
Leor Zmigrod es una galardonada científica que ha sido incluida en la lista «Forbes 30 Under 30» de ciencia. Zmigrod estudió en la Universidad de Cambridge como Gates Scholar antes de obtener una beca de investigación en el Churchill College de Cambridge en 2019, con tan solo 24 años.
 
Leor Zmigrod es pionera en el campo de la neuropolítica y revoluciona nuestra comprensión del pensamiento político y dogmático al demostrar, basándose en la neurociencia, que las ideologías no solo nos influyen culturalmente, sino que modifican literalmente la arquitectura de nuestro cerebro. Un enfoque rompedor que cue